lunes, 16 de noviembre de 2009

Lo feo.



El enigma de la fealdad tú no lo has descifrado. Tú no sabes por qué el Señor dueño de los lirios del campo, consiente por los campos la culebra y el sapo en el pozo. Él los consiente. Él los deja atravesar sobre los musgos con rocío.

En lo feo, la materia está llorando; yo le he escuchado el gemido. Mírale el dolor, y ámalo. Ama la araña y los escarabajos por dolorosos, porque no tienen, como la rosa, una expresión de dicha. Ámalos porque son un anhelo engañado de hermosura, un deseo no oído de perfección. Son como algunos de tus días, malogrados y miserables a pesar de ti mismo. Ámalos, porque no recuerdan a Dios, ni nos evocan la cara amada.

Ten piedad de ellos que buscan terriblemente, con una tremenda ansia, la belleza que no trajeron. La araña ventruda, en su tela leve, sueña con la idealidad, y el escarabajo deja el rocío sobre un lomo negro para que le finja un resplandor fugitivo.

Gabriela Mistral.

Sueño infinito de Pao Yu (o el sueño de Descartes)


Tsao Hsue-Kin
Pao Yu soñó que estaba en un jardín idéntico al de su casa. ¿Será posible, dijo, que haya un jardín idéntico al mío? Se le acercaron unas doncellas. Pao Yu se dijo atónito: ¿Alguien tendrá doncellas iguales a Hsi-Yen, Pin-Erh y a todas las de casa? Una de las doncellas exclamó:

-Ahí está Pao Yu. ¿Cómo habrá llegado hasta aquí?

Pao Yu pensó que lo habían reconocido. Se adelantó y les dijo:

-Estaba caminando; por casualidad llegué hasta aquí. Caminemos un poco.

Las doncellas se rieron.

-¡Qué desatino! Te confundimos con Pao Yu, nuestro amo, pero no eres tan gallardo como él.

Eran doncellas de otro Pao Yu.

-Queridas hermanas -les dijo- yo soy Pao Yu. ¿Quién es vuestro amo?

-Es Pao Yu -contestaron-. Sus padres le dieron ese nombre, que está compuesto de los dos caracteres Pao (precioso) y Yu (jade), para que su vida fuera larga y feliz. ¿Quién eres tú para usurpar ese nombre?

Se fueron, riéndose.

Pao Yu quedó abatido. "Nunca me han tratado tan mal. ¿Por qué me aborrecerán estas doncellas? ¿Habrá, de veras, otro Pao Yu? Tengo que averiguarlo".

Trabajado por esos pensamientos, llegó a un patio que le pareció extrañamente familiar. Subió la escalera y entró en su cuarto. Vio a un joven acostado; al lado de la cama reían y hacían labores unas muchachas. El joven suspiraba. Una de las doncellas le dijo:

-¿Qué sueñas, Pao Yu, estás afligido?

-Tuve un sueño muy raro. Soñé que estaba en un jardín y que ustedes no me reconocieron y me dejaron solo. Las seguí hasta la casa y me encontré con otro Pao Yu durmiendo en mi cama.

Al oír este diálogo Pao Yu no pudo contenerse y exclamó:

-Vine en busca de un Pao Yu; eres tú.

El joven se levantó y lo abrazó, gritando:

-No era un sueño, tú eres Pao Yu.

Una voz llamó desde el jardín:

-¡Pao Yu!

Los dos Pao Yu temblaron. El soñado se fue; el otro le decía:

-¡Vuelve pronto, Pao Yu!.

Pao Yu se despertó. Su doncella Hsi-Yen le preguntó:

-¿Qué sueñas Pao Yu, estás afligido?

-Tuve un sueño muy raro. Soñé que estaba en un jardín y que ustedes no me reconocieron...

viernes, 6 de noviembre de 2009

Otra vez Voltaire.


YO, VOLTAIRE, JURO QUE NO SOY UN GENIO.
El literato ha de vivir en un país libre o, si no, resignarse a ser un esclavo, temeroso siempre de que le acusen ante su amo otros esclavos envidiosos... En Francia solo espero persecuciones como recompensa; me doy cuenta de que sería víctima de cualquier calumniador. Por más que me escondiese en la oscuridad y no escribiera a nadie se me descubriría, y hasta mi empeño en ocultarme se consideraría sospechoso. Siempre tengo miedo y no se como defenderme de los golpes que cada día me asestan. Lo dije siempre: si mi padre o mi hermano o mi hijo fueran el primer ministro de estado despótico, mañana mismo me desterraría de él. (De la carta al conde de Argental. Cirey, 1 de marzo de 1737)

Algunos me consideran autor verdaderamente genial: no tengo ese talento, lo juro. Sólo escribo en prosa cuando me apremia hacerlo. En verso, jamás; y todos saben que no soy poeta. (De una carta al abad Nadal. París, 20 de marzo de 1725)

Trabajar de día y dormir de noche. Dos cosas sin las cuales no podría vivir. (De la carta a M. Thieriot. París, 24 de marzo de 1724)

Sólo me quedan dos cosas que hacer en la vida: una, arriesgarla con honor cuando me sea posible, y otra, acabar oscuramente en un retiro que se acomode a mi estilo de pensar, a mis desgracias y al conocimiento que de los hombres he adquirido. (De la carta a M. Thieriot, 12 de agosto de 1726)

Es duro verse encerrado en cuatro paredes por ejercer un arte sin el cual seríamos unos bárbaros. ( De una carta a Cramer)

Perdono a todos los hombres menos que sean perseguidores. Me agradría Calvino si no hubiera mandado a quemar a Miguel Servet; acataría el concilio de Constanza sin la hoguera de Juan Huss.(De la carta a M. Jacob Vernet, 14 de septiembre de 1733)

Dejé dos teatros llenos de intrigas: el de la Comédie-Francaise y el del mundo. Vivo dichoso en esta encantadora soledad. (De la carta a M. Thieriot. Cirey agosto 1735)

Voy a sumirme en el trabajo, que después de la amistad es el mayor consuelo.
(De la carta a M. de Cideville. Bruselas, 11 de julio 1741)

Estoy muy enfermo, pero ya me he acostumbrado a dolencias de cuerpo y alma: empiezo a sobrellevarlas con paciencia y hallo remedio para ellas en su amistad y en mi filosofía. (De la carta a M. Thieriot. Blois, enero 1723)

Estoy convaleciente de una enfermedad que, durante seis semanas, me ha maltratado el cuerpo y el alma. Dicen que vendrá en señor Pigalle a esculpir mi cara. Pero sería menester que yo tuviese cara, pues aun el lugar apenas se nota; tengo los ojos hundidos tres pulgadas, las mejillas como pergamino arrugado, pegado a unos huesos flacos; se me cayeron los pocos dientes que tenía... Nunca esculpieron a un infeliz en peor estado. (De una carta a Mme. Necker, 1770)

Si puedo, moriré riéndome. (De la carta a D´Alembert, 1766)